LA BOTA DE ORO SE DECIDE EN DOS PARTIDOS

REDACCIÓN - Cuando la temporada agoniza y los focos comienzan a apuntar a la gran cita del Mundial de Clubes, hay una batalla silenciosa, casi íntima, que aún no se ha decidido. Se libra entre líneas defensivas cerradas, bajo la presión de miles de miradas, y se define por un gesto que dura apenas un segundo: el gol.

Kylian Mbappé, la estrella recién vestida de blanco en el Real Madrid, encara sus últimos dos partidos en LaLiga con una cuenta pendiente. No se trata del Pichichi, que acaricia con sus 28 tantos. Es la Bota de Oro la que ahora está en juego. Esa pieza dorada que reconoce al máximo goleador de Europa y que, para muchos, encierra más prestigio individual que cualquier premio protocolario.

El reto no es menor. En la cima espera Viktor Gyokeres, el sueco que ha deslumbrado en Portugal con una campaña monumental: 39 goles en 34 partidos con el Sporting de Lisboa. Ya ha hecho todo lo que podía hacer. Su temporada ha terminado. Su lugar en la clasificación —58,5 puntos— es, por ahora, intocable.

Porque Mbappé, con 56 puntos y aún dos encuentros por disputar —ante Sevilla y Real Sociedad—, sabe que solo necesita dos goles más. Solo dos. Y eso, para él, nunca ha sido imposible. Pero tampoco está hecho.

El fútbol tiene sus propios caprichos. La presión pesa más en los partidos finales. Los defensores marcan más de cerca. Cada ocasión se convierte en un desafío emocional, no solo técnico. Mbappé lo sabe. Lo ha vivido muchas veces. Pero esta vez hay algo distinto.

Ya no juega por París. Ahora lo hace por un Madrid que lo ha esperado durante años. Y lo hace con el mundo pendiente de sus pasos. Su posible conquista de la Bota de Oro sería el primer gran titular de su nueva era en la capital española.

En paralelo, Mohamed Salah también sigue en la lucha. Sus 28 goles con el Liverpool lo colocan en el mismo punto de partida que Mbappé. Con dos partidos por delante, necesita la misma cifra mágica: dos goles. Brighton y Crystal Palace son sus últimas paradas. Pero en Inglaterra, como en España, no se regala nada.

Más atrás, con la mirada resignada, Harry Kane y Robert Lewandowski se despiden de la carrera. El inglés cerró su temporada alemana con 26 dianas; el polaco suma 25 y necesitaría una hazaña improbable —cinco goles en dos partidos— y la inacción de sus rivales.

La Bota de Oro, ese símbolo del poder ofensivo en Europa, está a dos pasos. Mbappé tiene la velocidad, el talento, la ambición. Pero, en el fútbol, el destino nunca se escribe con tinta permanente.

Los próximos 180 minutos dirán si el nuevo galáctico del Real Madrid empieza su historia con letras doradas... o si el rugido silencioso del sueco se consagra desde Portugal.