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UN REAL MADRID IMPLACABLE APAGA EL SUEÑO DEL UNICAJA Y ALCANZA UNA NUEVA FINAL DE LIGA ACB

18-06-2025 9:08 a.m.

Real Madrid de baloncesto
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Los blancos sellan su billete a la final tras imponerse en Málaga (79-86) y cierran la serie 3-1 con una actuación estelar de Tavares y Hezonja. El Unicaja se despide con orgullo tras una temporada histórica.

REDACCIÓN - El Palacio de los Deportes Martín Carpena rugió hasta el último aliento. Pero esta vez, la historia se escribió del lado del campeón. El Real Madrid derrotó al Unicaja (79-86) en el cuarto partido de las semifinales de la Liga ACB y accedió a la final, donde defenderá el título ante el Valencia Basket con ventaja de campo.

Fue una batalla emocionalmente cargada, marcada por ráfagas de inspiración, errores que dolieron y decisiones que definieron. El Real Madrid, guiado por un Edy Tavares dominante bajo el aro (16 puntos y 12 rebotes) y un Mario Hezonja eléctrico desde el perímetro (20 puntos), supo sobrevivir a la embestida local y rematar la serie con carácter.

El conjunto blanco, que ya había ganado sus dos partidos en casa con holgura, resistió en Málaga el empuje de un Unicaja valiente, que durante más de treinta minutos creyó que era posible. Lo decía el marcador, lo gritaban las gradas. Y lo demostró el equipo de Ibon Navarro con una salida vibrante, basada en un triple tras otro y una defensa agresiva.

Pero el baloncesto, como la vida, no siempre premia el entusiasmo. Unicaja lideró durante gran parte del encuentro con energía y músculo —impulsado por jugadores como Sima, Ejim o un Osetkowski fulgurante en la primera mitad—, pero se quedó sin gasolina en el último cuarto. Y ahí apareció el Madrid de las grandes noches.

Hezonja, constante en toda la serie, dio un paso adelante. Llull, como tantas veces, firmó un triple crucial que silenció el pabellón. Y Campazzo, con un dos más uno en los minutos finales, selló el billete a la final. Incluso sin Tavares, eliminado por faltas, el Madrid no perdió la compostura.

Chus Mateo reconoció la dureza del cruce: “Hemos tenido que dar la cara en los cuatro partidos”, dijo tras el encuentro, consciente de que cada victoria tuvo que ganarse con sudor.

Del otro lado, Unicaja se marcha sin premio pero con la frente en alto. El público despidió entre aplausos a un equipo que ha firmado una de las mejores temporadas de su historia: cuatro títulos en su haber y una identidad reconocible, combativa y generosa.

El Real Madrid, por su parte, buscará ahora su 38º título de Liga ACB, un objetivo mayúsculo que pasa por derrotar a un Valencia Basket que llega con hambre y sin complejos. Será una final al mejor de cinco. Y el primero en llegar a tres, será el campeón.

En Málaga, esta noche, no hubo milagro. Pero sí hubo épica, coraje… y un equipo que supo morir con dignidad ante el más difícil todavía.

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